Mudanzas Internacionales, económicas, seguras con años de experiencia

Posted by | octubre 08, 2014 | Uncategorized | No Comments

Para todos los miembros de una familia, mudarse a un nuevo hogar es un gran cambio. Pero para los niños, una mudanza puede ser un momento especialmente estresante y desorientador. Lo que para un adulto puede constituir una oportunidad para cambiar ciertos estilos de vida, para un niño es un evento que altera el mundo en el que vive, con repercusiones que se extienden mucho más allá de los meses de estrés de la preparación de las mudanzas y la llegada al nuevo lugar con el desembalaje de las cajas. Como padres, una de las metas principales debe ser la atención de las necesidades y de los momentos de confusión de su hijo; estos momentos deben abordarse hablando acerca de la mudanza con el pequeño. El diálogo es una herramienta útil y productiva para que el pequeño pueda entender lo que va a suceder y cómo prepararse para ello. Es la única forma de que la mudanza no sea un recuerdo de ruptura traumático para el niño.

No existe una forma concreta de abordar el tema con nuestro hijo; cada familia es un mundo, tiene unas dinámicas de relación establecidas… Cada padre sabe cuál es el mejor momento para intentar hablar con su hijo sobre un tema tan delicado. Lo mejor es hacerlo cuando el niño está tranquilo e intentar ir introduciendo el tema poco a poco, para que pueda ir haciéndose a la idea o simplemente, pueda pensar sobre lo que una mudanza significa. Por ejemplo, se puede sacar el tema a raíz de alguna película o serie, o bien hablando sobre algunos amigos que se hayan mudado. El truco es que sea algo natural y que el niño se sienta cómodo. No debe ser una encerrona, sino una charla de igual a igual.

A la hora de la mudanza, es importante que el niño participe en el proceso de empaque. En el caso de que sea uno mismo el que realice la mudanza, también incluirlo en la carga del coche o en los viajes cortos entre origen y destino. Dentro de esa opción también entra la posibilidad de contratar los servicios de una empresa de alquiler de furgonetas sin conductor, por supuesto. La otra opción es contratar un servicio integral de mudanzas, algo en lo que el pequeño no puede implicarse demasiado más allá de empaquetar sus cosas.

Los niños saben adaptarse sin demasiada dificultad, pero hay que facilitarle las cosas. Piensa que es parte de su crecimiento y que hay que evitar rupturas que creen traumas en su línea vital.

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