
Cuando nos planteamos hacer un traslado por cuenta propia es normal que surjan los nervios que pueden llegar a afectar nuestra salud. Para evitar los nervios debes planear la mudanza con mucha antelación y planificar todo paso a paso.
Es de suma importancia ser previsor y organizado para evitar los choques de estrés. Recuerda que los nervios son malos compañeros y pueden hacer que se extravíen objetos, que vivas momento de tensión y que discutas con quienes te rodean.
No dejes la mudanza para el día antes, organiza todo con tiempo y ve embalando los objetos que no vayas a utilizar en el momento, por ejemplo, los juguetes, ropa de otras temporadas y electrodomésticos de uso ocasional.
El día del traslado puedes dejar tus niños con algún familiar, así evitas que estén formando jaleo y que quiebren tus nervios. Si haces la mudanza por tu cuenta lo más adecuado es alquilar una furgoneta o si te lo puedes permitir contrata un servicio de mudanzas internacionales para que hagan todo el traslado.
Si escoges esta última opción, procura llenar un contrato donde de especifiquen los horarios, los plazos, el precio y la responsabilidad de la empresa en cuanto a pérdida o daños en tus objetos.
Un aspecto que no debes olvidar si haces la mudanza por tu cuenta son las lesiones, ten cuidado para no levantar cosas muy pesadas que puedan afectar la espalda y que te sientas adolorido por muchas semanas. No cargues cajas que no puedas levantar y coloca en el fondo los objetos más pesados y encima los menos pesados.
Tampoco escojas cajas muy altas ya que pueden taparte la visión y hacer que te caigas. La ropa puede ir en bolsas, los libros en cajas más pequeñas. También debes embalar los objetos frágiles, cortantes y punzantes, jamás los pongas en bolsas ya que se pueden rasgar y cortarte. Los cristales ponlos en cajas por si se rompen no te hieras.